El domingo ha llegado y con él el síndrome «pre-lunestrual» (hay que ver la capacidad que tengo para crear «palabros»). Pensando en ello, ¿Qué mejor forma hay de acabar el último día de descanso que dejar en envidencia al resto de colegas? Ninguna.
Bien… El todo que es el programa de televisión donde trabajo está dividido en cuatro – que yo sepa- departamentos a cada cual más curioso. En plan «Curso de inglés» os dejo una frase característica de cada departamento para que lo comprendáis mejor. Bueno… esto es según yo entiendo su trabajo… que como vivo en mi propio mundo…
1. Guión: Mi departamento, el de las grandes ideas y los que escriben qué tiene que decir el presentador o los actores y que, muchas veces, al intentar ser innovador y/0 original acaba poniendo de los nervios al jefe: «¿Quién c*j*nes ha puesto un chiste sobre San Antonio de Padua aquí?, ¿Creéis que eso le interesa al público?».
2. Redacción: Son aquellos que nos buscan información, noticias y videos que comentar para que los guionistas no estemos desinformados y nos dé por no salir de nuestra burbuja (véase el ejemplo anterior). Les volvemos locos porque la mayoría de las veces queremos que prime el humor sobre la información: «Así que queréis que busque un video del Ministro de Economía metiéndose el dedo en la nariz, ¿Pero esto no era una pieza sobre el Producto Interior Bruto? «.
3. Realización: Los sufridores. Ensamblan los videos que nos corta redacción, hacen gráficos y grafismos, hacen las virguerías con las imágenes que les pedimos los de guión, procuran que, durante la emisión nada quede fuera de foco, que todo entre a su debido tiempo… pero pierden la cordura en cada intento: «¿Dónde está el video del ministro cayéndose? Entra dentro de dos minutos y hay que subirle el contraste, ponerle un efecto de rayitos, una canción de James Brown y sobreimpresionar un texto del periódico de esta mañana… ¡Y me lo han dicho ahora!»
4. Producción: Su trabajo consiste en tener todo lo que hace falta en plató y en las salidas de reportajes: desde un pollo de goma con el que el presentador golpee a un actor, hasta el catering que el entrevistado dejará intacto para que podamos comer el resto del equipo, pasando por domar al público y llamar a los taxis que recojerán al personal cuando todo termine: «¿Cómo que quieres un mazo de gomaespuma morado?, ¡No hay tiendas abiertas a esta hora! (después de 15 minutos) Un amigo del suegro de mi hermano tiene uno pero es de color beige ¿es fundamental que sea morado?, ¿no podemos cambiar eso en el guión?».
Bien… ya veís cómo funciona una parte del equipo de un programa de televisión. El problema es cuando tienes un trabajo tan absorvente y acabas pensando en todas las cosas como lo harías en tu trabajo. Por ejemplo, el otro día, durante la comida, nos pusimos a hablar de qué suerte habría corrido el equipo de haber naufragado en una isla desierta y tener que construir una balsa para salir de allí… y estas son las conclusiones.
Imaginad por donde van los tiros
1. Guión se hubiese puesto manos a la obra. Después de una discusión de hora y media sobre el tamaño de la lancha y otra hora haciendo chistes sobre lo mal que abren los cocos los becarios; hubiera hecho los planos de un bonito galeón pirata y propuesto materiales como fibra de vidrio o madera de wengue.
2. Redacción hubiese recorrido la isla de cabo a cabo tomando notas de la altitud, la espesura de la selva, la velocidad del viento, las mejores calas desde las que partir y la accesibilidad de los materiales… para decirnos que el mejor lugar desde donde debería partir la balsa es precisamente donde nos encontramos todos. Eso sí, guión no hubiese hecho caso de las notas porque los datos habrían indicado que la fibra de vidrio no se puede encontrar en una isla desierta y la madera de wengue no flota.
3. Producción habría recogido materiales. Tras medio día de incesante búsqueda habrían desforestado prácticamente la mitad de la isla sin encontrar nada de lo que guión pedía (algún guionista se habría saltado a redacción y lo habría pedido directamente a producción). Por supuesto, al llegar a la playa, hubieran dicho: «Redacción tiene razón y la madera que pedías no la vemos por ningún lado… pero el bambú que traemos lo hemos probado en un arroyo y flota». También habría escogido las camisas, pantalones y blusas más adecuadas del equipo para hacer las velas, es decir, las que quedaran más bonitas.
4. Realización se habría quedado desesperada en la arena frente a planos, cañas de bambú, hojas de palmera y prendas varias... ¡Pensando que nadie se había molestado en pensar cómo iban a ensamblar las piezas sin cuerdas, cinta aislante ni herramientas! Finalmente se habrían retirado a una cala apartada para que nadie los viera. Habrían hecho cuerda con los planos de guión y las notas de redacción, con ellas habrían atado las cañas que trajo producción y cosido las prendas para hacer las velas. Al cabo de 10 minutos habrían construido una balsa tradicional. ¿El problema? Una vez todos subidos y en el mar, se hubiese hundido después de media hora.
Bueno… creo que cosas así podrían darse entre todos los departamentos de todos los trabajos, pero es lo que a mí me toca. No quiero ganarme algunas enemistades, así que no me hagáis mucho caso: todos en el curro son profesionales preparados y todos son muy majos y eficientes.
De momento…
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